Asia se ha transformado y posicionado como la Meca del mundo de lujo. Japón, China y Singapur, entre otros países poco a poco van captando el interés de las firmas de lujo y del mundo de la moda en general. Hace años ya que las pasarelas de Paris son testigo de la genialidad de los diseñadores asiáticos y en Nueva York poco a poco esta revolución va tomando forma.
Las modelos asiáticas tienen cada vez más presencia y acaparan mejores contratos, Liu Wen o Sui He, son ahora consideradas top models con mucho futuro y bien posicionadas en el mercado.
Hace poco hablábamos de la salida del Genio de Balenciaga, y ante su ausencia pasaron días entre los que se barajaron muchos nombres para su relevo, siendo el taiwanés Alexander Wang, quien se hiciera finalmente con el cargo.
Para disgusto de pocos y alegría de muchos, Wang es uno de los niños prodigio americano de origenes asiáticos. Consentido y mimado de Vogue y protegido de la mismísima Anna Wintour, Wang ha soprendido y cosechado éxito cada temporada con sus colecciones desde su debút. Tanto la ropa, como accesorios y calzados se han vuelto en must-hae para las fashionistas. Y su última colección para su firma homónima dejó muy alegres a los críticos y personas que gustan de la moda en general.
Ahora, Wang, tendrá un enorme peso sobre sus hombre, porque si bien Ghesquiere había cambiado la tradición de Balenciaga y la había convertido en revolucionaria y futurista, debemos ver si se adapta a lo que le exigirá el mercado y los fieles clientes de la firma. Con menos de 30 años, este niño prodigio taiwanés tendrá que lidiar con un debput muy sonado y que provocará muchos comentarios (dependerá de él mismo si son positivos o negativos).
Por mi parte tengo la esperanza de una buena unión y me agrada mucho que se vayan rompiendo las fronteras en el mundo de la moda y en general.
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