Bueno, como mencionamos desde un principio no nos interesa tener las primicias de la farándula en Bolivia, ni mucho menos convertirnos en el terror de los y las modelos y diseñadores. Simplemente nos remitimos a hablar de aquellos que nos parece importante. Y obviamente los trajes de las reinas en el carnaval cruceño son un tema muy importante debido a su relevancia y tradición.
La primera noche de precarnavaleras fue supuestamente de temática tradicional. Graciela Cuéllar, la soberana de este año, lució un traje rojo (tomen nota de este color) en dos piezas que simulaba la presencia de una diosa (la verdad no me queda claro de donde pero supuestamente de alguna región cruceña). Además llevaba un tocado adornado con plumas de faisán; todo el traje cubierto por pedrería y como siempre canutillos y demás etc. Remataba con dos trenzas con extensiones en el cabello. No se, pero muy tradicional no me pareció, me recordaba mucho a las garotas brasileras.
La verdad no me sorprendió, ni provocó absolutamente nada, pero bueno, es tradicional que me pase esto con los trajes de las reinas. Lo que sí pude notar nuevamente (como lo hiciera ya en el show de las magníficas ferial) es su falta de tonificación en el área abdominal, que dada su delgadez se ve realmente mal. Pero bueno a las reinas del carnaval se las elige por alegres y no necesariamente por ser las más bonitas.
Ahora, hablando de la segunda precarnavalera, el tema fue universal, y vimos a Graciela Cuellar, con un atuendo que nos traía a la memoria a la diva del quinto elemento, pero con toques de Lady Gaga.
Debo admitir que su peinado no se si me hacía recordar más a la princesa Leia de StarWars o a Carla Morón cuando se casó. El vestido de igual manera que el anterior estaba lleno de aplicaciones y fue tal vez demasiado cubierto.
Finalmente la que sí atinó con su vestido fue Beatriz Baldivieso, sí, la integrante de la lista de las peores vestidas del pasado año. Al menos con su traje de reina no decepciona y logró establecer un equilibrio perfecto entre sensualidad, alegoría y buen gusto. Un diez para ella, ojalá supiera elegir así sus prendas para el diario vivir, porque últimamente esta más exhibicionista que nunca.
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