lunes, 21 de diciembre de 2009

¿QUÉ ES UNA SUPERMODELO?

Es un término muy utilizado en nuestro país, pero en realidad su verdadero significado es muy poco conocido. Y es que en Bolivia nunca hemos tenido una supermodelo, lo más cercano que tuvimos fue a Antoinette Van Dijk, que tampoco llegó demasiado lejos, pero es la mejor que ha existido.


Una supermodelo es una mujer con gracia, a la cual las cámaras adoran, que no necesita mucho entrenamiento y que tiene un don natural para ser modelo, acompañado con el esfuerzo que exige la vida de las modelos.

Muchas como Gisele Bündchen empezaron a ser supermodelos por casualidad o invitación, y otras como Raquel Zimmerman desearon serlo toda su vida.

Las supermodelos son fabulosas dentro, como fuera de las pasarelas.



Sea como fuera que empezaran en el modelaje, desde muy temprana edad una supermodelo debe viajar a las grandes capitales de moda del mundo (París, Milán, Londres, Nueva York) a muy temprana edad.

No necesariamente tiene que ser bonita y su primera prueba son las pasarelas. Muchas principiantes si tienen suerte trabajan en unas cuantas pasarelas poco conocidas, otras si tienen más suerte se convierten en fetiches para diseñadores como Karl Lagerfeld o Marc Jacobs, quienes con su apoyo las pueden catapultar muy fácilmente al éxito.

Pero una supermodelo en potencia debe ser constante y en sus primeros años debe tener un ritmo de entre 30 y 60 desfiles por temporada, y mejor aún si abren o cierran los desfiles de las grandes firmas de la moda.


Luego de defenderse en la pasarela, y si llaman la atención, las supermodelos se convierten en imágenes de las colecciones temporales y especiales de las firmas más conocidas, participando en la mayor cantidad de campañas que puedan, una vez consagradas con jugosos contratos por temporada, es que pueden darse el lujo de bajar el ritmo de los desfiles, seleccionando mejor ya sus apariciones en los diferentes fashion week.


En la cima de su carrera, una supermodelo debe saber cómo mantenerse y más aun si decide dedicarle más tiempo a su vida personal. Es decir, debe buscar un equilibrio entre su vida laboral y personal. Ha habido casos muy buenos de modelos que han podido tener hijos y regresar al modelaje como si nada hubiera pasado, como el de Isabeli Fontana y se espera que sea así también el caso de Gisele Bündchen.


Pasados los 23 años (sí, 23 años), ya es normal que una supermodelo sea toda una veterana y gane millones por contratos anuales de publicidad, ya sean de cosméticos, lencería, perfumes, u otros. Es ahí donde la modelo ya deja de ser un simple maniquí reemplazable y se convierte en todo un icono indispensable para algunos diseñadores y grandes firmas de moda. Algunas lo han logrado antes de los 23, como Gisele Bündchen, y otras después de los 23, pero realmente ese es un promedio cercano.


Pero en toda su carrera, una verdadera supermodelo debe ser amada por las revistas especializadas en moda, aunque pueden empezar en editoriales de no mucho peso, para luego convertirse en portada de las revistas más exigentes como Vogue Estados Unidos, la cual rara vez tiene a una modelo como portada. Una vez logrado esto, más contratos millonarios, ya eres un icono de moda indiscutible.


Pero como dijera Heidi Klum: Un día estás en la cima y al otro nadie te conoce, y debes saber mantenerte. Y de estas supermodelos que han sabido mantenerse en las campañas década tras década hay pocas, como Claudia Schiffer, Naomi Campbell, Christie Turlington, o la mismísima Linda Evangelista (la cual en sus tiempos fue famosa por su frase “no me levanto de la cama por menos de 5.000 $”).

Sea como fuere este es el resumen estándar de la carrera una supermodelo, ya que no son todas iguales, muchas no tienen un rostro bonito, muchas no tienen la altura, ni las medidas adecuadas. Unas tienen vidas tranquilas, mientras que otras viven de fiesta en fiesta y de escándalo en escándalo.


Lo que importa en el fondo es más la actitud y personalidad de la modelo para poder ser versátil y amada por todos. Una auténtica supermodelo, puede trabajar para cosméticos, lencería, alta costura, accesorios, calendarios, revistas, etc. sin perder nunca su propio toque. Y debe ser reconocida como toda una profesional porque lo que una supermodelo hace difícilmente alguien puede hacerlo mejor.

Existen casos como de Tyra Banks y Doutzen Kroes, que nunca estuvieron completamente delgadas y en forma como para las pasarelas de alta costura, pero aún así desfilaron sin problema para los mejores.


Otros casos como los de las top británicas Twiggy y Kate Moss, en que ambas, no llegan a medir 1,70 m. y son ultra delgadas, pero aún así supieron ser sensuales para algunas campañas, y mantenerse con éxito en sus carreras. Incluso Kate Moss, superó su grave crisis después de ser portada de una revista de chismes inhalando cocaína. Aunque perdió millonarios contratos como el de Chanel y H&M, supo ser constante y volver a lo más alto del mundo del modelaje.


Otras a pesar de no tener un rostro muy bonito, como el caso de Gisele Bünchen, han sabido llegar a lo más alto y mantenerse inamovibles, porque simplemente son perfectas, y su presencia impacta de tan solo verlas.

Así que ya saben una supermodelo no es la mujer de grandes curvas desproporcionadas que hace calendarios y trabaja para lencería. Es mucho más, es una profesional versátil capaz de ser amada por todos y venerada como un verdadero icono, además de poder jactarse de tener una carrera respetable.

Algún día quizá Bolivia tenga un modelo digna de tener una carrera similar a las de Gisele Bündchen, Kate Moss, Natalia Vodianova, Raquel Zimmerman o Lara Stone. Hasta entonces falta mucho, porque la gente debe aprender a discernir lo que es una verdadera supermodelo y tomarse en serio una carrera de tanto sacrificio y de tan buenas recompensas, que no solo es un pasatiempo.

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