martes, 11 de junio de 2013

LOS LOCOS AÑOS 20 VUELVEN CON EL GRAN GATSBY

“Me gustan las fiestas grandes. Son tan íntimas. Las fiestas pequeñas no tienen ninguna privacidad” Con esta frase el director Baz Lhurman plasma algo de la esencia de la era dorada de los 20’s y su opulencia, en la película El Gran Gatsby. Una historia donde vemos a un gran Leonardo Di Caprio, que tan solo se eclipsa al momento de ver el majestuoso vestuario que la diseñadora Miuccia Prada, junto a Catherine Martin, prepararon para revivir una época llena de gloria, donde los hombres y las mujeres soñaban con grandes fiestas y anhelaban ser jóvenes (o al menos parecerlo) el mayor tiempo posible.

Los calzados mary-janes imperaban porque sujetaban muy bien los pies al bailar, al igual que los abotinados. Los vestidos desnudaban sutilmente la figura femenina y estaban recargados de lujo, bordados, pedrería, flecos, exceso al máximo; mostrando una generación revolucionaria y aristocrática, previa a la gran depresión. Las pieles, plumas, sedas y todo aquello que fuera costoso debía ser mostrado en grandes fiestas.

Casa Rober - Adolfo Dominguez - Weise
Todo esto se ve reflejado en una historia romántica como es la película The Great Gatsby, una historia que cautiva por sí misma, pero además tiene el plus de un contenido visual exuberante, colorista y cautivador, que a cualquier fashionista conquistará con facilidad.

RUMA Shoes
La picardía de los años 20’s ha cautivado a los modistos durante décadas, quienes han reinventado su estilo muchas veces. Actualmente vivimos en una época dorada donde el lujo parece alcanzar niveles exorbitantes, el gusto por lo exclusivo, lo suntuoso parece no tener límites. Precisamente, las tendencias vuelven a ser recargadas, llenas de ostentación en las colecciones de moda. El pasar desapercibidos no está de moda.

Incluso en el pasado Bolivia Moda, vimos rastros muy sutiles de los años 20’s. Weise, Casa Rober, Adolfo Dominguez o Ruma Shoes, son algunos de los nombres que nos mostraron piezas de lujo, con bordados finos y detalles muy elaborados, inclusive algunas piezas, como los calzados llevaban gran cantidad de cristalería Swarowski. Colecciones dirigidas a mujeres fuertes y libres. Es como si la época de disfrutar como si no existiese un mañana (al estilo Gatsby) regresara y en una ciudad como la nuestra que gusta tanto del lujo, no es para menos. Seguramente seguiremos viendo a esas mujeres opulentas que no temen ser el centro de atención con su estilo, donde sea que vayan.
Mi invitación es a que disfruten una obra visual magistral y se dejen llevar por una fantasía, que tan solo cuesta: la entrada al cine.

Nota para EL DEBER 11/06/2013

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