Hay algo en la diseñadora argentina Jazmin Chebar que hace que ame su marca, sin embargo, hay algo que también hace que la considere aburrida y repetitiva a más no poder. Es el terrible estilo que adopta cada marca (sobre todo en argentina), que hace que cada temporada veamos más de lo mismo y lo mismo.
Si bien los diseños son divertidos, alegres, con buenos materiales y acabados, me hacen dudar de la genialidad de esta diseñadora que escuda su falta de creatividad en su filosofía jazmineana.
Para este verano, Jazmin presenta más de lo mismo, con alguna que otra copia de algunos hits de Europa. Amo, esta marca, porque es divina, atractiva, simpática, agradable y divertida y sin embargo me siento mal conmigo mismo por apreciar algo que muestra mínima creatividad y demuestra que la mayoría de los diseñadores en la actualidad se dedican al copy and paste de estampados y materiales sobre diseños básicos. Este problema no lo tiene solo Jazmin Chebar, sino, casi todas las marcas del mundo.
La campaña la protagoniza la modelo norteamericana, Jennifer Pugh (JP para los fans), que es una modelo prácticamente anónima sin una gran trascendencia y sin una carrera que se diga envidiable (después creemos que solo los bolivianos no apreciamos lo que tenemos, los gauchos también lo hacen, habiendo modelos argentinas de mayor importancia que la JP doña-nadie).
Las prendas son fabulosas y pronto estarán en DOBLE A, para ser comercializadas. Los precios de Jazmin Chebar, junto con su calidad han hecho que se convierta en toda una marca de lujo en latinoamérica y con mucho éxito.
Como sea, el amor jazmineano por parte de los bolivianos cada vez crece mucho más y, ante la ausencia de una oferta mayor de marcas nacionales de calidad, no queda de otra más que apreciar esta marca.
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